La calefacción por radiadores es la opción más utilizada para calentar los hogares españoles. A pesar de ello, aún existen dudas acerca de su funcionamiento y los modelos que se pueden encontrar en el mercado. ¡Vamos a resolverlas!

Si fuésemos casa por casa por toda España comprobando qué tipo de calefacción hay en cada una, veríamos que la calefacción por radiadores es el sistema más extendido con diferencia. Y es comprensible porque se trata de un tipo de emisor de calor que ofrece un notable confort térmico y un ahorro energético muy rentable.

Algunas ventajas de la calefacción por radiadores:

  • Elevada comodidad ambiental pudiendo regular la temperatura por habitaciones.
  • Alto rendimiento y rapidez de calentamiento.
  • Gran seguridad al no usar gas ni elementos inflamables.
  • Respeto medioambiental al poder utilizarse con fuentes renovables como bombas de calor, geotermia, paneles solares o calderas de condensación.
  • Reducidas dimensiones y gran variedad estética con distintos diseños, materiales y colores.

A pesar de que todo el mundo conoce los radiadores, no tantos sabrían decir cómo funcionan. Por eso, desde Fusionaire Instalaciones te vamos a enseñar todo lo que necesitas saber sobre ellos.

¿Qué es una calefacción por radiadores?

Un radiador es un acumulador de calor que almacena y difunde energía térmica. En la mayoría de los casos, este calor le llega por una red de tuberías por las que circula agua caliente producida por una caldera.

En un principio se pretendía que los radiadores emitieran calor por radicación, es decir, mediante ondas electromagnéticas o partículas subatómicas. Y de ahí su nombre, radiador. Sin embargo, esto solo sería posible cuando la temperatura superficial superase los 70ºC. Debido a que sus sistemas de regulación no alcanzan esos niveles, irradian el calor por convección natural.

Calor por convección

Se llama así a un tipo de transferencia de calor que se caracteriza por el intercambio de temperatura entre un gas o líquido caliente y zonas con valores térmicos más bajos. Su metodología se comprende mejor si utilizamos como ejemplo el propio funcionamiento del radiador.

Los radiadores recogen ese material caliente y aumentan su temperatura para ir transfiriéndola paulatinamente a la estancia. Esto se produce gracias a que el aire de la habitación va entrando en contacto con la superficie caliente del radiador, fabricado mayormente en alineación de aluminio. Ese aire al calentarse se vuelve más ligero y asciende como un globo, mientras que el frío baja y entra en contacto con el radiador, generando ese calor envolvente tan característico de este sistema.

Además, para mayor comodidad del usuario, los radiadores incorporan un termostato que permite establecer una temperatura determinada. E incluso se pueden colocar cronotermostatos con los que no solo se controla el confort térmico, sino que también se establecen horas de encendido y apagado y se incrementa la eficiencia energética.

Tipos de radiadores

Actualmente existen tres tipos de radiadores:

  • Radiadores de calefacción de agua. Son los más utilizados y por ellos corre agua caliente procedente de una caldera o bomba de calor. Entre sus ventajas destacan su vida útil, más de 15 años, su velocidad a la hora de calentar una habitación y que son los que más energía ahorran.
  • Radiadores de calefacción eléctricos. Son una especie de estufas que utilizan la red eléctrica para generar calor. Son muy fáciles de instalar, ya que van pegados a la pared, brindan un confort térmico muy agradable y, si tienes contratada una tarifa de discriminación horaria, puedes calentar la casa ahorrando dinero durante las horas valle.
  • Radiadores de calefacción de aceite. También conocidos como radiadores de calor azul, funcionan a través del efecto Joule, calentando un aceite mediante resistencias eléctricas. Se podría decir que son los más modernos al contar con un diseño muy bonito, materiales de alta calidad y un sistema de regulación individual con termostato digital y pantalla táctil. Asimismo, no necesitan salidas de humos y se pueden transportar de una habitación a otra al incorporar ruedas en la parte inferior.

Tipos de instalación de radiadores de agua

Antes de proceder a efectuar una instalación de calefacción por radiadores de agua también es necesario conocer los diferentes tipos que existen.

• Bitubo
Es la instalación más habitual en nuestro país. Cuenta con dos tuberías: una de entrada por la que accede el agua caliente y otra de salida por la que se devuelve al calentador el agua ya enfriada. Es una calefacción muy equilibrada al alcanzar todos los radiadores la misma temperatura de forma simultánea.

• Monotubo
Este sistema tiene un solo conducto que va de la caldera a todos los radiadores secuencialmente. El agua caliente pasa por cada uno de los aparatos y luego hace el camino a la inversa. Este recorrido del agua caliente provoca que cada uno acabe teniendo una temperatura distinta al ir calentándose progresivamente.

A veces al último radiador le cuesta lograr la temperatura deseada, por lo que hay que asegurarse de su buen rendimiento ya que de lo contrario este restará eficiencia a la instalación. Por todo ello, se hace más recomendable en viviendas no muy grandes con el fin de evitar demasiadas diferencias térmicas.

• Instalación mediante colectores
Tanto la instalación monotubo como la bitubo pueden ir acompañadas de colectores, dispositivos que optimizan el recorrido del agua al repartirla de manera más conveniente. Y es que con los colectores cada radiador tiene su propia tubería de ida y de retorno a la caldera.

Así, por cada conducto circula únicamente el caudal necesario para cada radiador al tiempo que la temperatura de entrada en todos es prácticamente la misma. Aparte, en el colector de distribución se pueden añadir llaves de corte para independizar zonas y poder solventar diferentes necesidades térmicas.

Purgado de los radiadores

Por otro lado, para el buen mantenimiento y funcionamiento de los radiadores de agua resulta imprescindible purgarlos de vez en cuando, principalmente antes de que llegue el otoño. Al decir purgarlos nos referimos a vaciar el circuito de calefacción para llenarlo de nuevo. Durante ese llenado de agua se suelen generar bolsas de aire en los radiadores, las cuales deben ser expulsadas.

Para purgar un radiador basta con girar la válvula de purgado que se encuentra en la parte superior del radiador en sentido contrario a las agujas del reloj hasta que comience a emanar una mezcla de agua y aire. Para no ensuciar el suelo, es recomendable colocar un recipiente debajo para recoger el agua.

Beneficios del purgado:

  • Reduce el consumo energético.
  • Detecta averías.
  • Mejora el funcionamiento del radiador.
  • Agiliza el tránsito del agua caliente.
  • Incrementa la potencia calorífica del radiador.
  • Aumenta la esperanza de vida del aparato.

Este procedimiento puedes llevarlo a cabo tú solo, pero si durante el purgado o después del mismo se producen ruidos anómalos, un mal funcionamiento o humedades… ponte en contacto con nosotros para verificar el estado de tu instalación y solucionar sus posibles problemas. Ya sabes que puedes llamarnos al 918 71 11 36, enviarnos un correo electrónico a contacto@fusionaire.es o visitarnos en la Calle Dr. Fleming 12 de Arganda del Rey (Comunidad de Madrid).

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